Desde el día en el que las candidaturas entregaron los avales, ese sector del PSOE que se ha denominado los «pedristas» o los «sanchistas» reprimía su entusiasmo. Muchísimos militantes se habían unido al viaje del ex secretario general convencidos que iban a ser derrotado, machacados y destrozados por el aparato depredador que arropaba a Susana Díaz, el «Susanismo».
Os ofrezco unas notas:
1. Susana Díaz ha hecho unas de las peores campañas electorales desde 1977, quizá a la par que la campaña de Aguirre en las últimas municipales (pero Aguirre al menos ganó). ¿Por qué?
Susana ganó una primarias hechas a su medida, convocadas por sorpresa por Griñán, y en las que no hubo ningún adversario de peso. Ella ya era la secretaria de organización y consejera de Presidencia. Todo funcionó estupendamente, fue la única en superar el número de mínimo de avales y consiguió tantos que le avaló más de la mitad de la militancia. Ganó como a ella le gusta: con apoyos con nombre y apellidos y no con votos secretos. Y ahora llega uno de sus errores fundamentales: confundir Andalucía con España.
2. La campaña ha estado tan mal diseñada que hasta donde podía ganar, en los avales, y donde ganaron lo convirtieron en un derrota por jugar con unas expectativas absurdas. El día antes de la entrega de los avales Susana protagonizaba la portada de ABC hablando de una diferencia de 20000 avales, pensando que serían más. Cuando la realidad fue que su victoria en avales frente a Sánchez era de seis mil, fue visto como una derrota y la gestión fue desastrosa: acusar al adversario de haber presentado avales inválidos a sabiendas, cuando fue ella quien a la postre tuvo más avales rechazados. Los avales eran el techo de Susana y el suelo de Pedro: hoy se ha visto.
3. Tras el fracaso de los avales, la campaña de Susana no ha tenido guión. Ellos esperaban que todo se hubiera acabado y no tenían estrategia de campaña. Sacar otra vez a los grandes históricos repetir lo hecho antes no ha tenido ningún sentido. El hecho no presentar atropelladamente un programa, con páginas risibles, habla mucho de la improvisación constante.
El gran arma de Susana y de la Gestora que la ha sostenido ha sido el tiempo. Cuando se da un golpe de mano en una agrupación, lo que se hace es nombrar una gestora «sine die», aburrir a los que se quiere aburrir y cuando se ha perdido la tensión de la crisis, convocar un proceso de elección con todo ya convenientemente atado. Esta táctica estándar la aplicó en más de treinta ocasiones Susana Díaz en Andalucía y decidieron ponerla en práctica en el PSOE Federal.
4. Ha fracasado porque le ha dado tiempo a Pedro Sánchez para recorrerse España en varias ocasiones, ensayar, afinar y sobre todo construir una red de plataformas sumamente eficaz. La gravedad de la conspiración del 1 de octubre rompió esta ley e hizo que una parte mayoritaria de la militancia, como se ha comprobado, esperase el primer día posible para decir lo que realmente opinaba. El 1 de octubre se actuó contra el sentir de los militantes y lo hicieron de una forma consciente.
Han despreciado a la militancia, han hablado de populismo y de que los militantes eran una masa orteguiana buscando la satisfacción de sus instintos más bajos. Un repaso a las trayectorias personas y profesionales de buena parte de la militancia manifiesta que esas personas tienen un mayor calado que buena parte de los que se han considerado los «optimates» del Socialismo español.
5. Como dice Fernando Garea todo lo que se diga da igual si no se ve a la luz de la decisión de abstenerse en la investidura de Rajoy. Allí traspasaron una línea clave, de existencia política. Es muy difícil saber lo que muchos de esos militantes que han dado la cara en todos los rincones de España contra el PP, que en muchas ocasiones se han jugado el tipo sin casi respaldo institucional para denunciar la corrupción, que lo único correcto era dejar que Rajoy y su más que dudoso partido siguieran en La Moncloa, además sin límites, sin dar nada y agradeciéndole que no convocase unas elecciones.
Porque la estrategia a los conjurados del 1 de octubre les ha salido mal. Vendieron el gobierno parlamentario y la realidad se les ha vuelto en contra, porque en nuestro sistema un gobierno parlamentario es imposible. No consiguieron nada para la investidura, se han dedicado a mentir diciendo que el Congreso había derogado determinadas leyes cuando lo único que se han aprobado son Proposiciones no de Ley y han comprobado como había una mayoría alternativa para investir a Rajoy pero que había que dejar que Mariano se esforzarse.
Las últimas semanas de las primarias nos han traído un rosario de escándalos de corrupción del Partido Popular. Cada uno de ellos era una mina de profundidad en la campaña de Díaz, porque se le ha responsabilizado de haber investido a un nido de corrupción.
6. Recuerdo un artículo de Eduardo Madina en el que invitaba a la complejidad y a no dejarse llevar por eslóganes o por la política del tweet. Uno pensaría que Madina y los que compartieran su postura optarían por una propuesta con algo de sustancia, pero han hecho campaña por la candidatura más insustancial, sin propuestas y vacía que había. La candidatura de Susana no escondía nada detrás de sus eslóganes (100%, Musho PSOE eh eh, Yo sé ganar) y ha habido personas que han gastado su prestigio y su credibilidad personal detrás de tamaño despropósito. Las grandes ideas deben tener grandes concreciones; lo contrario es ridículo.
7. Los socialistas andaluces han intentado llevar a cabo una idea que ella tienen y últimamente han verbalizado en numerosas ocasiones: si nosotros ganamos, el PSOE debería seguir nuestra senda. El PSOE-A confunde Andalucía con España y a su federación con el PSOE y debe darse cuenta más pronto que tarde de que Andalucía también está cambiando y se parece cada día al resto del país.
Estos meses ha sido una expresión de la andalucización del PSOE: parecía casi obligatorio para hablar en nombre del PSOE tener acento meridional. Han llenado el aparato federal y han campado a sus anchas: el resultado es una derrota en las primarias y una oposición a Rajoy más que mala.
El Comité Director (equivalente al Comité Regional) previo al 1 de octubre se caracterizó por una extraña unanimidad. Cuando un cuerpo de personas, que se entiende con capacidad para decidir, vota a favor en bloque con solamente una abstención, pasa algo raro. La realidad se ha visto el día 21 a las claras: ese Comité Director no representa a un tercio de los socialistas andaluces que lógicamente querrán verse representados y no silenciados, ignorados y negados como hasta ahora.
Una de los momentos que más me sorprendieron de esta larga campaña fue la entrevista concedida por Carlos Sanjuán en la que apoyaba a Pedro Sánchez. Carlos Sanjuán fue el secretario general del PSOE-A desde 1988 a 1994. Desde que se retiró de la política tenía poca vida política, salvo algunas invitaciones protocolarias, y nadie esperaba que saliera a la prensa para defender al candidato ajeno a su federación. Sus palabras eran una exoneración de que apoyar a Pedro era traicionar a la federación a la que se pertenece.
El PSOE-A tiene que reflexionar muy seriamente como se seleccionan a sus líderes y a su plana mayor. Las actuaciones nacionales de Verónica Pérez, Mario Jiménez o Antonio Pradas dan mucho que pensar. José Antonio Griñán se preguntó la causa por la que el PSOE-A no resultaba atractivo a los sectores más jóvenes y preparados de la sociedad andaluza: la respuesta la tenía a su lado.
8. Susana Díaz no tiene buena imagen pública. Muchos se han podido llevar a engaño porque en las elecciones andaluzas de 2015 era la candidata mas conocida y la mejor valorada, pero ello era coyuntural. Era la más conocida porque se presentaba como Presidenta de la Junta y la más valorada suponemos que por su valía y porque era la candidata mediana, la que se encontraba entre los electores de PP/C’s y los de Pod./IU, de forma que su media subía por tener puntuaciones menos negativas.
Durante la campaña se ha insistido en que gana en los mítines y sobre todo en el «tú a tú», pero desgraciadamente la política nacional no es ganar un ayuntamiento pequeño donde prima el contacto personal, sino que hay que proyectar una imagen pública, una que a tu público objetivo le atraiga. Susana no tiene una imagen positiva y ello es un lastre para un futuro política relevante fuera de Andalucía.
9. Todos le hemos dado una gran importancia a los aparatos, porque la tienen. La historia de las derrotas del aparato es tal que quizá debiéramos revisar ese dogma y, más bien, considerar que tiene un poder limitado y más cuando actúa abiertamente produce una reacción de rechazo.
La ventaja de los aparatos es la «profesionalización», en algunas casos, y el control del censo; la desventaja que se ha encontrado es que las plataformas de las candidaturas rivales también estaban formadas por personas que conocían bien el partido y que, una vez entregado el censo por la Gestora, les aventajaron visiblemente.
10. Los medios de comunicación, casi unánimemente, han estado entregados a apoyar la campaña de Susana. Y me ha parecido una estrategia pésima.
En primer lugar porque unas elecciones primarias sobre un censo de unas doscientas mil personas dispersas por toda España no tienen las mismas pautas que unas elecciones convencionales. Los votantes tienen un sesgo tremendo y además tienen sus propios cauces de información sobre los hechos.
El apoyo de El País, considerado instigador de la conspiración del 1 de octubre, no ha sido la mejor idea de las posibles, pero la menos El País hasta hoy ha formado parte de la cultura política del PSOE. Pero los apoyos y las entrevistas en La Razón o en ABC han sido directamente contraproducentes. Esos medios son considerados como antisocialistas por la militancia y la candidatura de Díaz no ha parado de darles juego y de «enlazar sus noticias y análisis».
Sí creo que las redes sociales han jugado un papel fundamental, pero no Twitter como se cree normalmente. Ha sido Facebook que es la red preferida por los militantes dada su media de edad. Los debates han sido encendidos y la mezcla de la candidatura de Susana de «superficial delicadeza» con todo tipo de maniobras donde no era visible.
10. La Gestora y la candidatura de Susana aceptaron durante su conspiración una rara forma de «sentido de Estado». Entiendo que existan circunstancias en las que cada sector político deba de abdicar de algunas de sus posiciones para solventar un problema grave. Pero se basa en la reciprocidad. La versión del «sentido de Estado» que asumieron era que todos los sacrificios y concesiones debían provenir del PSOE y que el PP no tenía que dar ningún paso, no aceptar ningún perjuicio. Es por ello por lo que quieren que Pedro Sánchez se vista el traje de «sentido de Estado» porque es un marco en el que siempre gana el PP y en el que solamente puede ganar el PP, no España.
11. Pedro Sánchez ha renacido después de ser destruido públicamente el 1 de octubre. No se nos olvida el «lo quiero muerto hoy». Ellos dicen que fue porque era un tirano (Puig dice que una vez le gritó), pero la conexión entre su defenestración y la investidura de Rajoy lo ha convertido en un mártir, no en la enésima lucha orgánica.
El tirón de Pedro Sánchez entre los votantes y los potenciales votantes del PSOE es tremendo. Todas las encuestas lo reflejan. Como ya dijimos en una ocasión el primer paso que tiene que hacer el PSOE para recomponerse es conseguir la vuelta de una parte grande de los votantes que se fueron a Podemos. ¿Y los de centro centro? Ahora mismo no son accesible, porque está el tapón de Ciudadanos. Las opiniones de los que se escandalizan porque se cantó «La Internacional» (himno del PSOE) no cuentan, nunca van a votar al PSOE.
No tengo lugar a dudas de que la preferencia de Iglesias, como de Rajoy y Rivera era Susana Díaz. Sabían que habría un PSOE más débil, sin liderazgo atractivo e intentando encontrar votos donde no los hay.
Paro por ahora … ya vendrá alguna entrada más.
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